11 de enero de 2006

La carrera de la vida

Si la vida fuera una carrera, la meta, por desgracia sería la muerte. ¿Acaso tú quieres ganar esa carrera?

Es la pregunta que me estoy haciendo estos días. Y no es la simple indignación que me produce el tráfico que tengo que soportar cada día, sino las repercusiones sociales que se pueden apreciar que afectan a todos los conductores.

Y es que cada día conducimos peor. Frustrados por tardar media hora más en llegar a casa, después de ese maldito atasco provocado por las obras al fin hemos salido de la M-30 y hartos de la demora incoscientemente actuamos diciendo: pues no pienso ceder el paso a nadie y pienso llegar a casa cuanto antes.

Es la única conclusión lógica que puedo sacar después de ver que en mi calle, una tranquila calle de dos sentidos y un único carril para cada uno, con un colegio (que de por sí debería obligar a los conductores a frenar) los coches no deceleran en el único paso de peatones. Más lejos de frenar, intentan acelerar para pasar antes que tú cuando intentas cruzarlo, y si no lo consiguen te esquivan invadiendo el carril contrario.

Parece que quieren acelerar en la carrera de la vida, para llegar pronto a la meta. O lo que es peor, obligar a una persona ajena, e inocente que tan sólo quería cruzar una calle, a llegar antes que ellos a su final.

Dejaré para otro día la opinión que me merecen aquellos que van con el móvil en la mano...

3 comentarios:

Er Pei dijo...

Eh, que yo el otro día ya te había visto antes de cuasiatropellarte ¿eh?

Es que eso de cruzar sin mirar...
jijijiji

Er Pei dijo...

Alabados sean aquellos que confían en los pasos de cebra... porque pronto verán a dios

Aradino tiene un blog dijo...

Esta frase te la robo y la patento para mi WEBPEI:

"Bienaventurados aquellos que confían en los pasos de cebra... porque pronto verán el reino de los cielos".

A cambio te regalo esta otra para la tuya:

"El que confiá en los pasos de cebra bien pronto ha de ver las estrellas"

¿Trato?