5 de diciembre de 2007

Calefacción

La calefacción es un invento diseñado para el Confort, y por ello la energía que consume es toda ella un despilfarro. Viviríamos igual con un jersey puesto en casa y se ahorraría muchísima energía. Pero propondré mejoras más allá de su simple supresión.

Ayer mismo me enteré de que mi caldera incorpora un pequeño depósito de 6 litros que mantiene constantemente caliente, simplemente para que cuando alguien abra el grifo no la note fría. En fin, dicho depósito no es que no tenga mucho sentido, es que es malgastar energía por capricho. ¿A alguien se le ocurriría tener constantemente agua hirviendo en una olla simplemente para cuando quiera cocer los macarrones no tenga que esperar?. Día y noche, y sin opción para apagarlo.

Mantener durante todo el día una casa a una temperatura es un gasto de energía tremendo. Más aún pensando que el traspaso de calor es mayor cuánto mayor es la diferencia de temperaturas. Es decir, si en la calle hay 0º, y nuestra casa está a 25º, estará perdiendo calor y energía a un ritmo mucho mayor que si nuestra casa está a 20º. Toda la energía que pierda la casa la vuelve a gastar la calefacción para mantener la temperatura, y he aquí el problema energético.

Considero necesarios unos limitadores máximos, parecidos a los limitadores de velocidad de los coches, que no permitan funcionar a las calefacciones por encima de ciertas temperaturas, al igual que mejoras tecnológicas que permitan calentar sólo las habitaciones específicas, y sólo cuando haya alguien en casa (o poco antes de que llegue). La domótica puede contribuir mucho al ahorro energético, más allá de levantar las persianas para que los ladrones no entren en casa.

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